Lugares Mágicos en Antofagasta, Chile
Chile, un país de la costa occidental de Sudamérica, posee una gran riqueza paisajística debido a su privilegiada ubicación entre el lugar más alto de la Cordillera de Los Andes y muy cerca de la costa del Océano Pacífico. Entre los múltiples destinos recomendados para conocer al máximo Chile y todo su esplendor, está Antofagasta, una bellísima ciudad portuaria ubicada al norte del país y la capital regional del área minera del Desierto de Atacama. Está conformada por una gran variedad de atractivos naturales como: imponentes volcanes, cañones, planicies, lagos, salares, termas y hermosas playas. La región costera de Antofagasta ofrece un extraordinario patrimonio natural para descubrir, por tal motivo es imprescindible visitar la «Playa de Hornitos«.
Hornitos es un balneario de aguas cálidas en donde puedes pasar un momento tranquilo y disfrutar de un día soleado junto al mar. Se encuentra rodeado de deslumbrantes acantilados y de una vistosa playa de arena blanca. Otra opción ideal es San Pedro de Atacama, rodeada por el río de su mismo nombre, famosa por ser considerada la capital arqueológica de Chile y por estar repleta de paisajes que impresionan y nunca se olvidan. Entre los atractivos más importantes de San Pedro, están:
– Géiseres de Tatio: el agua y el vapor se fusionan y brotan fuertemente de la tierra hacia el exterior, lo que produce un espectáculo impresionante ante los ojos que quien lo vea. Sus fumarolas crean impactantes columnas de vapor, las cuales se pueden apreciar de mejor manera a la madrugada entre las 06:00 y 07:00 am.
– Salar de Atacama: un deslumbrante escenario natural de tres mil kilómetros cuadrados, que pertenece a la Reserva Nacional Los Flamencos y es el hábitat de hermosas aves andinas que se alimentan de sus ojos de agua.
– Termas de Puritama: maravillosas y sanadoras aguas calientes que revitalizan el cuerpo y son ideales para los viajeros que buscan relajarse, aliviar el cansancio y mitigar el estrés.
– Valle de la Luna y de Marte: lugares perfectos para contemplar el amanecer, observar unas singulares formaciones rocosas y practicar sandboarding en las grandes dunas. Por la noche, ambos valles se convierten un un escenario totalmente romántico, ya que el cielo se llena de brillantes estrellas.
